Follando mientras habla por teléfono: Mi experiencia sexual con una guarra tetona
Me he follado a muchas mujeres a lo largo de mi vida. He ligado con tantas que ya no me supone ningún tipo de misterio; en el momento en el que entro a un bar fijo a mi presa y elijo la estrategia que más se adapta a la situación. No puedo decir que tenga éxito en un 100% de las veces, pero si, quizá, en torno al 95% de los casos.
El problema de follar tanto es que es un poco complicado acordarte de todos los encuentros sexuales que has mantenido, por muy intensos que fuesen algunos.
Hay uno que siempre recuerdo, en el que una tía terminó follando mientras habla por teléfono. Esta situación es algo irrealista, pero estoy seguro de que a más de un hombre le ha pasado alguna vez.
Mi experiencia con Karen
Karen era una mujer tímida, con gafas de pasta que ni tan siquiera iba bien vestida. ¿Qué si me atraía? No sé qué decir; quizá era el efecto del alcohol, o quizá era el hecho de que esa noche la tenía bien dura y no había muchas otras mujeres a tiro.
Ella había salido con una amiga. ¿Qué por qué no me follé a la amiga? Digamos que Karen era la mejor de las dos (y ya era difícil).
Lo primero que me atrajo de ella es que no apartaba la vista de su teléfono móvil. Le invité a una copa y entonces es cuando se fijó en mí; de hecho, disimuladamente apartaba la vista del terminal y me observaba, aunque no tardaba en volver sobre el aparato.
Después de un par de tequilas ya estaba bastante achispada (que no borracha; la chica tenía mucho aguante), por lo que nos fuimos a mi casa y empezamos a follar.
A mitad del acto sexual la llamaron por el teléfono; me sorprendió cuando cogió el aparato sin ni tan siquiera parar. ¡Estaba follando mientras habla por teléfono!
Por muy increíble que esto pudiera llegar a parecer, me la puso más dura que nunca.
Eso si, nunca la llamé.